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3 consejos para que romper la rutina no afecte al descanso de los niños en vacaciones

Una de las mayores preocupaciones de los padres en verano es conseguir que las vacaciones y el cambio de rutina no afecte al descanso y al sueño de los niños. ¿Cómo conseguirlo?

¡En verano es mucho más difícil convencer a tus hijos de que es hora de taparse con las sábanas y contar ovejitas! El campamento de verano, cenar fuera de casa entre semana, las fiestas del pueblo, pasear por la playa, los viajes, dormir en casa de un amigo… son actividades que normalmente los niños sólo hacen durante las vacaciones y que les suele afectar al descanso y al sueño de tus hijos.

Es normal, y lógico, que en verano los niños rompan la rutina de horarios de la época del colegio y pidan un poco de libertad de horarios y es bueno dársela, pero ¿hasta dónde?

El descanso de los niños en vacaciones

Los niños te pedirán acostarse un poco más tarde, jugar un poco más o ver la tele hasta las doce, seguido de un “¡Estoy de vacaciones!”, pero ¿cuándo debemos decir basta para no afectar al descanso de los niños?

Lo aconsejable por muchos psicólogos infantiles y pedagogos es que hay que darles cierta libertad que en invierno no pueden tener, pero siempre bajo unas premisas y normas lógicas, acordes a la edad de cada niño. Te dejamos tres consejos que te pueden ayudar que las vacaciones no afecten al descanso de tus hijos en verano.

Un poco de libertad de horarios cuando empiezan las vacaciones

Las primeras semanas de vacaciones pueden ser el momento ideal para incumplir las rutinas y hábitos de los niños, pero sin descontrol. Para los niños las vacaciones también son un premio y un merecido descanso, por lo que no usar despertador y hacer los holgazanes un rato en la cama o acostarse un poco más tarde, puede venirles incluso bien.

Pero los expertos recomiendan no romper demasiado los relojes internos de los niños, por lo que levantarse a las 12 no es una buena idea.

La hora de la siesta en vacaciones

Uno de los mayores placeres de los adultos en vacaciones es la siesta. Pero ¿qué les pasa a los niños que no les gusta hacer la siesta?

Hasta los 5 años parece más sencillo acostumbrar a los niños que hagan la siesta, también en verano, y ésta debería ser de entre una y dos horas.

Pero a partir de esa edad, los niños asocian las vacaciones a actividad, a libertad, y la siesta es un periodo de descanso que les aburre, que no les atrae. Los niños mayores ya no tienen esa necesidad de hacer siesta, pero si por la mañana hacen mucha actividad (jugar en la playa, hacer turismo, hacer deporte…) es conveniente que sean capaces de estar un rato descansando después de comer, para que la tarde no se les haga demasiado larga. ¡Con media hora es suficiente!

Volver a la rutina ante de empezar el colegio

Y cuando se acerque el final de las vacaciones y la vuelta al cole, ¡hay que reajustar los horarios para volver a la rutina y que la vuelta al cole no se haga cuesta arriba! Intenta hacerlo con una o dos semanas de antelación, y tus niños estarán acostumbrados a su horario antes de empezar el colegio.

Ya conoces nuestros 3 trucos para que romper la rutina no afecte al descanso de los niños en vacaciones, pero aún te quedará una duda con los niños en vacaciones, ¿qué hacemos con los deberes en vacaciones?

Los deberes de los niños en verano

En nuestra época infantil los cuadernos Rubio o Santillana nos acompañaban allá donde íbamos de vacaciones, ¿los recuerdas? ¡Seguro que sí! Aunque no con demasiada alegría

Y es que los niños también necesitan descansar, desconectar, salir de la rutina. Los expertos tienen diversidad de opiniones en este aspecto. Hay quienes opinan que no deben dejar de hacer tareas relacionadas con el cole, mientras que hay otros que exponen que hay que desconectar para volver con más ganas y fuerza en septiembre.

Nuestra experiencia personal nos dice que los niños en verano tienen que disfrutar, pero pueden encontrar actividades alternativas que les eduquen y les hagan experimentar nuevas emociones que, en el sistema educativo actual, no podrían sentir y disfrutar. ¡Que las experimenten! Porque experimentar también es aprender.

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